Tras un inicio de año intenso es crucial tomarse un tiempo para poder reflexionar sobre las actividades realizadas y enfocar el camino a seguir hasta bien pasado el verano, en una suerte de planificación a medio plazo. En primer lugar, siempre se pasan por la cabeza los datos leídos y oídos en multitud de lugares. Noticias en su mayoría creadas para causar atracción, a costa de generar tal magnitud de información que cuando, por ejemplo, le comentas a alguien, que estás investigando en temas de 5G, su única respuesta sea: “¿Pero eso no está inventado ya?” Lamentablemente no.
Apenas hace un par de años, cuando aparecía el 5G de forma muy recurrente, se estaba usando un 4G vitaminado con radio 5G, denominada técnicamente como Non-Stand Alone. Sin embargo, el 5G real no se ha llegado a desplegar hasta hace meses, con una infraestructura denominada Stand Alone, dispuesta de núcleo y radio 5G. Además, en España aún no se ha podido licenciar un espectro que aporte grandes ventajas en régimen de autoprestación, para que, pequeñas y medianas empresas, puedan disponer de su propia red privada 5G. Actualmente, solo se disponen de 20MHz en la banda de los 2.3GHz, suficientes para realizar demostración de prestaciones en Industria, una licencia que desde ITI, ya estamos explotando en el proyecto 5G-SWARM para investigar estas capacidades y prestaciones en escenarios de industria inteligente conectada con 5G.
Sin embargo, cabe esperar que con los 200MHz reservados por el Estado para régimen de autoprestación, en la banda de 26GHz en diciembre 2022, y una posible reserva de 100MHz en la banda de 3.6GHz, puedan ser suficientes para poder equiparar nuestro país a Alemania y Francia en este concepto, y se pueda pasar de la demostración (como la del proyecto 5G-SWARM) al despliegue real.
La llegada del 6G pasa por una total implementación del 5G
La verdad es que el segundo tema que se me pasa por la cabeza, al pensar en el trabajo a realizar, es la diferencia entre el estado actual de implementación y la sobreinformación que comentaba anteriormente. Durante el pasado mes de febrero he vuelto a tener constantes flashbacks de lo vivido a inicios del 5G. Con la realización del Mobile World Congress en Barcelona, se ha puesto el foco en 6G y el Metaverso. Por desgracia, esto vuelve a ser un hype tecnológico. El 6G no existe como tal en el despliegue, ni si quiera en los laboratorios más recónditos con codiciados generadores de señales de 100GHz. El 6G solo existe en el papel, en la especificación aún en desarrollo, que se está elaborando a base de los resultados logrados con el 5G y con el camino que se quiere dibujar a futuro.
Aunque es necesario, es menos acuciante intentar tratar el 6G si las empresas que nos envuelven no tienen capacidad para adquirir equipamiento 5G, ni fondos para poder licenciar su propia red privada 5G, y ni mucho menos, si no disponen del conocimiento necesario sobre las ventajas del 5G.
El proyecto 5G-SWARM permite a las empresas probar el 5G
Desde hace años hasta la actualidad se ha vendido que la ventaja del 5G respecto a otras tecnologías como puede ser WiFi, reside en la alta velocidad de transmisión de datos y la baja latencia. Sin embargo, esto tal vez no sea del todo cierto. Es clave que las empresas comprendan que la ventaja del 5G reside en la capacidad de dotar de buena cobertura y fiabilidad a las máquinas, estén donde estén en la planta industrial, evitando las interferencias que se puedan provocar en otras tecnologías (como el WIFI6), y en segundo plano, la excelente latencia y velocidad. Es imperativo que las empresas dispongan de los conocimientos para entender las redes 5G y que las puedan testear. Es necesario generar innovación aplicando las ventajas de las redes 5G de rango industrial allá donde más puedan mejorar nuestros procesos productivos y de negocio.
En este punto entra la planificación que estoy intentando desarrollar, donde el principal actor es el proyecto 5G-SWARM, donde podremos comparar el 5G con otras tecnologías, además de probar la tecnología con empresas, facilitando por ejemplo que un robot móvil adquiera cada vez más capacidades autónomas, o que el escenario humano-máquina del día a día sea cada vez más eficiente y productivo. Pero principalmente, buscamos que la empresa que integre la red en sus instalaciones disponga de una infraestructura totalmente suya, con la seguridad y fiabilidad que ofrece una red celular.
6G será el futuro de las comunicaciones móviles y se alimentará de todo lo que aprendamos de 5G, y lo mismo pasará con 7G y 8G. Pero actualmente estamos profundamente envueltos en la revolución e implantación de 5G, en la innovación con nuevas soluciones que sepan explotarlo y extraer su potencial, en transformar la industria hacia una factoría conectada y flexible para conectar la máquina, para implementar la industria más inteligente, debido a que evidentemente, el 5G aún está por implantar.