Cuando nos duele algo físicamente, acudimos a la consulta médica. Pero, ¿qué sucede cuando hay algo que nos afecta a nivel emocional o mental? Ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, Alzheimer, déficit de atención e hiperactividad, trastorno del espectro autista… Hay numerosos aspectos que, sin ser físicos, requieren también de nuestro cuidado y de atención especializada. Podemos encontrarnos bien físicamente, pero nuestro bienestar también depende de nuestro estado mental.
La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un “estado de completo bienestar físico, mental y social”. Desde la gestión emocional en el día a día, hasta los trastornos mentales, neurológicos o del neurodesarrollo, la salud mental es indispensable para nuestro bienestar, y sin embargo es una de las grandes olvidadas. Esto se ha puesto muy de manifiesto durante la actual pandemia por COVID-19, donde ya hay estudios que señalan que la salud mental de la población europea se ha visto empeorada debido al confinamiento, las restricciones, o el aislamiento. Hay expertos que también recalcan que la cuarta ola de esta pandemia va a ser la de la salud mental, ya que muchas veces las personas con problemas psicológicos no piden ayuda hasta que se encuentran sobrepasadas por la situación.
Por ello, al igual que con la salud física, las nuevas tecnologías pueden jugar un papel muy importante a la hora de cuidar nuestro bienestar y nuestra salud mental. A través de la tecnología se trabaja en el área de salud mental para avanzar la investigación en la detección temprana de trastornos, mejorar la personalización de las intervenciones y ofrecer apoyo a un mayor porcentaje de la población.
El proyecto
En el proyecto HCIHEALTH nos enfocamos en la investigación y desarrollo de tecnologías e interfaces de usuario avanzadas para la mejora de la salud mental. En los últimos años, hemos visto muchos avances en el área de la salud, gracias a la Inteligencia Artificial y a la aparición de nuevos dispositivos como wearables, sensores IoT, gafas de realidad virtual y aumentada… Se ha visto un gran incremento en el número de estudios y desarrollos de sistemas tecnológicos que faciliten la labor del profesional y que aporten una medicina más personalizada y ubicua al paciente. Por ejemplo, los sistemas de realidad aumentada o virtual pueden facilitar a los cirujanos el apoyo en la toma de decisiones durante las cirugías, o ayudarles a practicar previamente las intervenciones. O también, mediante visión por computador y detección de gestos, es posible ofrecer a pacientes juegos interactivos amenos y motivadores que fomenten su rehabilitación física.
La base de este tipo de sistemas es el uso de interfaces de usuario avanzadas, que permiten al usuario utilizar una tecnología o sistema digital de forma cómoda e intuitiva. Ya no solo utilizamos ordenadores mediante una pantalla, teclado y ratón, sino que ahora los sistemas tecnológicos pueden estar a nuestro alrededor, como los asistentes tipo Alexa o Google Home, ser más portables, como los móviles y tablets, y permitirnos interactuar de forma más cómoda, por ejemplo mediante gestos. La investigación en Interacción Persona-Ordenador trata de estudiar cómo facilitar la interacción con estas interfaces avanzadas de la forma más transparente posible para el usuario. Por ejemplo, detectando los movimientos de las manos de forma que el usuario que lleva unas gafas de realidad aumentada pueda “tocar” sobre elementos que ve a través de las gafas. O por ejemplo, mediante los sensores que lleva integrados un reloj inteligente se podría detectar si sufrimos alguna caída o si nuestro pulso muestra un patrón irregular.
En el caso de salud mental, la investigación en los últimos años en el uso de interfaces de usuario avanzadas ha permitido desarrollar sistemas que faciliten la detección, tratamiento o apoyo de distintas problemáticas. Por ejemplo, los sistemas de realidad virtual se han empleado en consultas de psicología para llevar a cabo tratamientos de exposición del paciente ante situaciones que le generan miedo o desasosiego. Un paciente con agorafobia podría exponerse dentro de un entorno de realidad virtual a un escenario donde ha de caminar por un espacio abierto. Al tratarse de un entorno seguro, pero a la vez que ofrece realismo e inmersividad, este tipo de sistemas pueden ayudar tanto a profesionales como a pacientes a dar un paso más hacia la consecución de los objetivos marcados. También encontramos juegos interactivos orientados al trastorno del espectro autista, con los cuales los niños y niñas pueden trabajar sus habilidades comunicativas o motrices mediante la interacción con robots o superficies interactivas.
https://news.mit.edu/2018/personalized-deep-learning-equips-robots-autism-therapy-0627
No obstante, existen todavía muchos trastornos o problemáticas que han sido habitualmente menos tratados, o que tienen una gran variabilidad en la forma de abordarse. Además, resulta muy interesante pensar en sistemas que la persona pueda usar sin sentirlo como una obligación, sino más bien como motivación. Otro de los aspectos a tener en cuenta es que estos sistemas puedan utilizarse en otros entornos que no sean la consulta o el centro médico, como por ejemplo el hogar o el trabajo.
En este contexto, el proyecto HCIHEALTH se centra en investigar y aplicar técnicas de Interacción Persona-Ordenador para el diseño y desarrollo de una solución tecnológica innovadora que permita mejorar el bienestar y la salud mental a través de la tecnología. Para ello, estamos trabajando estrechamente con entidades dedicadas profesionalmente a la salud mental y la mejora del bienestar, como clínicas de psicología o asociaciones que trabajan para mejorar la calidad de vida de personas con diversidad funcional. Junto a estas entidades, estamos definiendo las necesidades de pacientes, familiares y terapeutas, de modo que podamos ofrecer soluciones tecnológicas que permitan reforzar el trabajo que realizan. Nuestro interés es poder abordar trastornos o problemáticas habitualmente menos trabajados en la literatura, con un enfoque novedoso, por ejemplo, mediante el uso de sistemas de realidad aumentada y sensores IoT, para lograr un sistema usable e intuitivo donde el usuario esté más motivado por participar.
El proyecto consta de 3 objetivos principales:
- Por un lado, la investigación de dispositivos IoT para la salud mental, donde estamos analizando distintos tipos de sensores y dispositivos con potencial para poder capturar información de las interacciones y el comportamiento de la persona con el sistema, por ejemplo, wearables, sensores de profundidad…
- Por otro lado, con esta información captada por los dispositivos, otro de los objetivos es investigar y analizar potenciales biomarcadores digitales detectables a través de los mismos. Es decir, ver si mediante los datos o comportamientos extraídos podemos cuantificar la evolución o respuesta de la persona para la problemática definida.
- Y, por último, llevar a cabo el diseño y desarrollo de un prototipo de sistema interactivo, en colaboración con expertos en el área de la salud mental con experiencia en distintos trastornos o problemas.
El resultado esperado es construir un prototipo de sistema tecnológico que haga uso de técnicas y dispositivos que permitan mejorar la interacción con el sistema desarrollado a través de estas interfaces naturales de usuario. Este sistema permitirá detectar y analizar las interacciones del usuario para extraer información relevante que pueda ser de utilidad para profesionales, pacientes y usuarios/as. Uno de los pilares es lograr que el usuario no se sienta observado ni incómodo, sino que esté motivado a utilizar el sistema de forma habitual en su día a día. De este modo, podremos observar el comportamiento del usuario en un contexto más natural, como por ejemplo en el hogar, lo que puede permitir que los datos y comportamientos extraídos sean más representativos de la realidad, ofreciendo un mejor apoyo.
Conclusión
Sin duda, la investigación en nuevas tecnologías para la mejora del bienestar es un área con numerosas posibilidades, y resulta evidente que la salud mental debe pasar a ocupar un lugar importante a la hora de cuidarnos. En HCIHEALTH esperamos poder aportar conocimiento y arrojar un poco más de luz acerca del papel que juegan las interfaces avanzadas de usuario y la interacción con los sistemas tecnológicos en esta área.
Para ello, es indispensable diseñar estos sistemas teniendo en cuenta las necesidades y problemas reales de los pacientes, familias y profesionales. Hay una gran variedad de aspectos o trastornos que pueden afectar a nuestra salud mental. En este sentido, será importante tener en mente que los sistemas tecnológicos que se desarrollen deberían ofrecer al usuario comodidad, motivación y flexibilidad. De este modo, se busca tener interfaces fáciles de usar, lograr una mayor implicación por parte del paciente y facilitar que el sistema se adapte mejor a sus necesidades.
A partir de aquí…
Los siguientes pasos del equipo del proyecto HCIHEALTH serán completar la implementación de un prototipo de sistema interactivo compuesto por diversos dispositivos y tecnologías, que se ha diseñado en conjunto con terapeutas y psicólogas. Este prototipo se probará con usuarios y se espera analizar los resultados con base en su usabilidad, el impacto del sistema en el bienestar del paciente y la capacidad de los dispositivos de extraer información que pueda ser de interés para profesionales o para los propios pacientes.